Aprender qué es el squirting se puede hacer de muchas maneras. Pero cómo lo aprendí yo fue de la manera más dulce. Estad atentos…
-Mira, apriétame aquí -me dijo.
En ese momento supe que era una chica que conocía su sexualidad y que era especial.
Me puso la mano un poco más arriba de su monte de Venus y me hizo apretar con fuerza. Cuando la penetraba, notaba mi pene haciendo presión en ese punto de su vientre. Fue una sensación espectacular que me excitó muchísimo.
Disfrutaba mucho el sexo con esta chica. Y a ella siempre le apetecía. Le encantaba venir a mi casa y pasarnos la tarde follando.
-Nunca te corres conmigo -le dije.
-No te preocupes -me contestó. -Disfruto mucho el coito y verte gozar me encanta.
-Pero quiero que te corras también… -repliqué.
-Bueno, pues hay una manera… -me dijo sonriendo.
Provocar un buen squirting
Me explicó que le gustaba mucho que posaran la mano sobre su vagina, con la palma de la mano en su monte de Venus. Y que le introdujesen dos dedos dentro.
Mi mano quedó perfectamente anclada en su coño. Con dos dedos profundamente penetrando.
-Ahora sacude fuerte tu mano -me ordenó
No me gustaba la idea. Tenía miedo de hacerle daño. No sabía cuán fuerte necesitaba que la sacudiera.
Como si me leyera la mente, me dijo:
-No me harás daño, tú tranquilo…
Sacudidas fuertes y profundas
Al principio moví solo los dedos, cuál pene que penetra una vagina. Amaba el coño de esta chica, tan esponjoso y húmedo.
Luego, empecé a hacer presión hacia arriba. Primero con mis dedos y después con la mano entera.
-Me gusta, sigue… -dijo empezando a gemir.
Mi mano se agitaba tan rápido como cuando me masturbo a mi mismo. Estaba asustado de la potencia que estaba empleando.
Sin embargo, en la cara de ella solo veía desfiguración de placer. Inclinaba la cabeza hacia delante para luego doblar la nuca hacia atrás.
Los espasmos de todo su cuerpo me indicaban que aquello iba bien.
La vagina empieza a chorrear
De pronto oí un sonido muy orgánico procedente de su vagina. Me recordó a los veranos. Cuando exprimo un cítrico en una jarra de agua para preparar limonada.
Miré mis dedos dentro de su vagina y chorreaban pura agua. Su coñito estaba reaccionando a aquellas embestidas.
-¡No pares! ¡No pares! -ya gritando ordenó.
En su cara tenía una mueca de absoluto placer.
Su cuerpo se volvió rígido por un instante y un chorrito -de lo que parecía pis- salió de su uretra disparado. Toda la cama quedó empapada.
Su cuerpo empezó a revolverse de un lado a otro. Sus piernas temblaban. Llevó una mano hacia la mía, indicando que parara de sacudirla.
El squirting moja mucho la cama y me encanta
-¡Dios qué corrida! He dejado tu cama hecha un desastre. Lo siento.
-No te preocupes -la tranquilicé mientras masajeaba sus muslos con mis manos.
Ella seguía con los ojos cerrados con la mano en la frente. Se estaba recuperando de lo que había sido un fuerte seísmo orgásmico.
Cuando se recuperó, me dijo que me tocaba a mí. Y empezó a felarme el miembro.
Con el espectáculo que había presenciado no me costó nada ponerme super duro y regalarle una buena dosis de semen que tragó amablemente.
Mientras la chica se enjuagaba la boca en el lavabo, yo no podía parar de pensar en aquel alucinante chorrito de squirting que había salido disparado de su coñito.
Pensé que si le salía mientras le comía el coño me iría a la boca y fue una idea que me gustó, la verdad.
Notar todo aquel fluido en mi boca saliendo a presión era una sensación que sin duda quería vivir.
Qué es el squirting: descubrirlo por primera vez
Cuando Eva volvió del lavabo -así se llama-, se estiró a mi lado.
-¿Sabes qué es el squirting? Es pis. Está comprobado científicamente.
-¿Sí? -dije sorprendido.
-Sí. El squirting es incontinencia urinaria, la provoca la sacudida de placer. Es por eso que a muchas chicas NO les pasa.
-¿Pero es un problema?
-No. No. Simplemente, a unas chicas les pasa y a otras no. Ni tampoco significa que tendrás problemas de incontinencia en el futuro.
-Un dato interesante. Sin duda.
-Sí, lo estudió un médico de USA.
El squirting se puede encadenar
Eva siguió viniendo a mi casa. Y el sexo con ella iba mejorando en cada ocasión.
Cuando llevábamos un rato follando y su coño estaba bien húmedo y dilatado, me situaba de rodillas a su lado y colocaba mi mano en su coño para provocarle aquellas corridas tan dulces.
Una vez recuerdo haberle provocado un squirting precioso pero no paré. Seguí sacudiendo mi mano en su interior. Al principio ella suplicaba que parase pero pronto encadené otra ola de placer.
Interrupciones placenteras
Quité los dedos de golpe cuando noté un gran espasmo en las paredes de su vagina y un gran chorro transparente salió y descansó encima de mi cama.
Pero no paré ahí. Repetí esas sacudidas e interrupciones un par de veces más y el mismo chorrito, cada vez menos intenso, aparecía para anunciar cada orgasmo.
A las cuatro corridas ya paré, aunque su coño era todo agua y podría haber seguido más ya que estaba perfectamente lubricado.
Eva yacía completamente exhausta. Ver aquel coño tan mojado me puso duro y me dispuse a penetrarla abriéndole un poco las piernas.
Eva asentía con la cabeza. También quería darme placer.
Después del squirting me tocaba a mí
Acaricié la raja de su coño con mi glande centrándome en el clítoris. Cuando deslicé la punta de mi pene hacia abajo, entraba casi solo hacia adentro.
Mi amiga estaba tan mojada que llegarle al fondo de la vagina era facilísimo. Notaba como mi polla desplazaba una cantidad enorme de fluido acuoso.
Con un coño tan mojado me gustó retirar mi polla casi hasta la punta para volver a empujar hacia el fondo unas cuantas veces. Mi polla se deslizaba en su coño como un delfín por la superficie del mar.
Aguanté mi polla metida hasta el fondo ahora. Y embestí hacia el fondo a lo bestia durante un minuto. Eva agarraba mi espalda gozando más que yo.
Un gran chorro de semen salió de mi polla y lo dejé todo dentro mientras nos besábamos con lengua y bien profundo.
Cuando te dejan por un hombre con más experiencia
La frecuencia con la que Eva iba viniendo a mi casa fue bajando. “Hoy no puedo”. “Hoy salgo con mis amigas”.
Las excusas fueron apareciendo hasta que me desmotivó mandarle whatsapps. Ya no quería oír más evasivas.
Seguramente encontró a algún hombre con más experiencia que yo. Algún hombre que supo provocarle esos chorros de squirting sin tener que enseñarle primero.
Eva necesitaba eso. Yo lo sé. Yo di lo mejor de mí pero seguramente no fue suficiente.
Ahora he aprendido qué es el squirting -es pis- y que disfruto mucho con él. Por ahí habrá hombres que les de asco pero no es mi caso. Siempre estaré muy agradecido a Eva.
Eva siempre viene a mi memoria. Echo de menos las sábanas empapadas de pipí frío. Su squirting hizo que me enamorara de ella.


Además de entretenido y bien escrito, me ha parecido un relato superdidáctico. Enhorabuena por tu iniciativa y gracias por regalarnos tu talento. ¡Saludos!